Periodización de la historia medieval de Europa
La Alta Edad Media
Con la caída
del Imperio romano de occidente, comenzó el período conocido como la Edad
Media, el cual abarcó diez siglos, Desde
el año 476 hasta el año 1453. Esta época se dividió en dos grandes etapas: la
Alta y la Baja Edad
Media. La primera
comenzó en el año 476 y se extendió hasta el año 1000; la segunda duró
del año 1000 al 1453.
Durante la
Alta Edad Media se presentaron invasiones de pueblos llamados bárbaros,
en los territorios de la antigua Roma.
También
surgieron tres grandes imperios: el Bizantino, el Islámico y el Carolingio,
cuyas relaciones y conflictos restructuraron el mapa del mundo y dejaron su
huella hasta nuestros días.
Desde el siglo
III el Imperio romano vivió una grave crisis. Las guerras civiles derivadas de
la anarquía militar,
las invasiones
de pueblos extranjeros, los problemas
económicos y los cambios religiosos como la aparición del cristianismo fueron
sus causas más importantes.
Crisis del Imperio Romano
La anarquía militar
Luego del
asesinato del emperador Alejandro Severo, en el año 235, comenzó una
etapa de anarquía militar. La gran extensión del Imperio dificultaba las
comunicaciones entre las provincias y Roma, situación que favoreció la
autonomía de los funcionarios provinciales. Además, los ejércitos de estas regiones
incorporaban gente del lugar, lo que establecía vínculos de lealtad entre las
tropas y sus comandantes. Los ejércitos provinciales comenzaron a
deponer a los emperadores y elevar a sus comandantes
a la dignidad
imperial, hecho que indicaba la importancia que había alcanzado la fuerza
militar en la vida política romana.
La migración
de los bárbaros
El
debilitamiento de la autoridad y la disciplina, así como el desplazamiento de
los ejércitos romanos, dejaron desprotegidas las fronteras. Esto permitió la
incursión de los pueblos germanos, que se desplazaron desde el norte y
el este de Europa hacia el sur. Los germanos, fueron llamados por los romanos bárbaros,
palabra con la que identificaban a todos los pueblos extranjeros.
Algunas de las
causas que
explicaron estas migraciones fueron:
■ Aumento de la población y difíciles
condiciones de vida. Como habitaban zonas cubiertas por bosques y pantanos los germanos
se vieron obligados a desplazarse constantemente en busca de mejores tierras
para cultivar, para establecerse definitivamente en un lugar y así desarrollar
actividades que les perm itieran garantizar una economía estable.
■ Deseo de
integración al Imperio romano. Gracias a varios siglos de vecindad con los
romanos, los germanos habían asimilado la tecnología y las tácticas de guerra
romanas, por lo que fue muy difícil frenar sus avances. Algunos
germanos se
instalaron en áreas rurales y se convirtieron en trabajadores del campo. Otros
ingresaron en calidad de federados, bajo la condición de servir al
ejército y
defender las fronteras de nuevas invasiones.
■ La presión de
los hunos. Los hunos eran un pueblo bárbaro nómada, proveniente de las estepas
situadas al norte
del mar Negro. Habían sido expulsados de Asia
por lo que se desplazaron atacando a los germanos, al Imperio
romano y a los
reinos de Persia e India. Los hunos han sido reconocidos en la historia por ser
grandes guerreros y
por sus acciones bélicas.
GUIA DIDACTICA No 1. Crisis del
imperio romano: Invasiones Bárbaras
Cuestionario
- Explica la política durante el bajo
imperio romano
- Explica los factores que llevaron a que
el cristianismo se convirtiera en la religión oficial del imperio
- Plantea el contexto histórico-político de
la disolución del imperio romano
- ¿Cuáles fueron los grupos barbaros que
invaden al imperio romano?
- Compara y establece semejanzas y
diferencias entre el imperio romano y el actual imperio de los EE UU
La restauración del poder imperial
La crisis
comenzó a ceder con la llegada del emperador Diocleciano, en el año 284. Para
mejorar la defensa y la administración de los territorios, y para solucionar el
problema de la sucesión imperial, Diocleciano planeó efectuar una reforma, por
la cual el Imperio se dividiría en dos grandes regiones: Oriente, con capital
en Bizancio, y Occidente, con capital en Milán. Además, estableció como nuevo
sistema de gobierno la tetrarquía, es decir, un gobierno de cuatro personas.
Según la reforma que Diocleciano intentaba implementar, cada una de las partes
del Imperio quedaba gobernada por un emperador, con el título de Augusto, el
cual era asistido por un César. Después de 20 años, el Augusto debía renunciar
para dar paso al César. Esta reforma político-administrativa se complementó
concentrando todos los poderes en manos del emperador. El Senado y los
magistrados perdieron toda autoridad. Diocleciano adoptó el título de Señor y
se proclamó hombre sagrado, razón por la cual esta época se conoce con el
nombre de Dominado. Durante su gobierno se restauró el orden, se frenaron las
invasiones y se reanudó la construcción de obras públicas en todo el Imperio.
Sin embargo, tras su abdicación, en el año 305, se desataron nuevas luchas por
el poder. La división del Imperio en Oriente y Occidente se llevó a cabo de
forma defi nitiva en el año 395 cuando el emperador Teodosio, entregó las dos
partes del Imperio a sus hijos.
El cristianismo:La religión oficial del Imperio
Debido a la
importancia que había adquirido el cristianismo, durante el gobierno de
Constantino se revirtió la política de persecución con la promulgación del
Edicto de Milán en el año 313, el cual permitía la libertad de cultos. Este
edicto fue el primer paso para el reconocimiento legal de este credo. Años
después, en el 380, el emperador Teodosio instituyó al cristianismo como la
religión oficial del Imperio romano, a través del Edicto de Tesalónica. Aunque
no se conocen las razones que tuvo Constantino para tomar la decisión de
suspender las persecuciones contra los cristianos, según un testimonio de la
época, Constantino tuvo una visión de la cruz acompañada de unas palabras que
decían “Con este signo vencerás”. Después de esto, Constantino se convirtió en
defensor y promotor del cristianismo en el Imperio. Luego de la promulgación
del Edicto de Milán, los cristianos, y el mismo Constantino, comenzaron a
perseguir otros credos a los que llamaron cultos paganos, destruyendo sus
templos y atacando a sus sacerdotes.
Disolución del Imperio romano
Tal como lo
había planteado Dioclesiano en el año 284, el emperador Teodosio en el año 395
dividió en dos el Imperio romano. Sus dos hijos Arcadio y Honorio asumieron el
dominio de cada una de las partes. A Arcadio le correspondió la parte oriental,
llamada Imperio romano de Oriente, con capital en Constantinopla. Honorio se
hizo cargo de la parte occidental, llamada Imperio romano de Occidente, con
capital en Milán. La parte oriental del Imperio logró resistir los ataques de
los invasores y se fue helenizando progresivamente, es decir, adoptando rasgos
de la cultura griega. Por el contrario, la parte occidental sufrió un rápido
proceso de decadencia, producto de la ruina de la vida urbana, las revueltas de
campesinos y colonos, así como de las conspiraciones palaciegas. De ese modo,
cuando nuevas invasiones bárbaras cayeron con fuerza sobre Occidente, dieron el
golpe fi nal a una estructura política profundamente debilitada. El último
emperador del Imperio romano de Occidente fue destronado en el 476 por Odoacro,
jefe de una tribu germánica. Con este hecho desapareció defi nitivamente el
Imperio romano de Occidente y la grandeza de la ciudad que fuera capital de un
imperio universal durante 700 años aproximadamente.
Las invasiones de los pueblos bárbaros
Las invasiones
de los siglos IV y V A finales del siglo IV, los germanos entraron en el
Imperio romano, como consecuencia de la presión que los hunos ejercían sobre
ellos. Los principales grupos invasores fueron: los godos, divididos en
visigodos y ostrogodos; los alanos, suevos, vándalos, alemanes, anglos, jutos,
sajones, burgundios y francos. Los visigodos entraron por la parte oriental del
Imperio en el año 376 y fueron aceptados como federados, es decir, como aliados
militares de Roma a cambio de tierras y alimentos. Sin embargo, como Roma
incumplió el pacto, los visigodos se rebelaron y vencieron a los romanos en la
Batalla de Adrianópolis en el 378. En el 410, comandados por el rey Alarico I,
entraron en la península itálica y saquearon a Roma. Posteriormente, el sucesor
de Alarico, Ataulfo, se estableció al sur de Galia y en Hispania. En el año
406, ocurrió La Gran Invasión, en la que llegaron al territorio del Imperio
grupos de alanos, suevos, vándalos y burgundios. Los tres primeros se
establecieron en Hispania, generando enfrentamientos con los visigodos que, por
ese entonces, estaban al servicio de los romanos. Esto provocó, a partir del
año 429, el desplazamiento de los vándalos hacia el norte de África. Por otra
parte, los burgundios y otros pueblos se ubicaron en diversas partes de la
región occidental del Imperio.
La invasión de los hunos
Aprovechando
las migraciones de los germanos, los hunos lograron establecerse pacíficamente
en la frontera oriental del Imperio romano, en el territorio de la actual
Hungría. Sin embargo, a mediados del siglo V, el rey huno Atila, rompió las
relaciones con los romanos y decidió invadir el Imperio. En el año 439 comenzó
atacando la parte oriental y logrando importantes victorias. Luego, en el año
451, marchó sobre la parte occidental, entrando a la región de Galia. Sin
embargo, Atila fue derrotado, en la batalla de los Campos Cataláunicos, por una
coalición de romanos, francos, burgundios y visigodos, comandados por el
general romano Aecio. En el 452, Atila invadió Italia, saqueando algunas
ciudades y atacando a Roma. Pero su muerte, acontecida un año después, generó
desunión entre los hunos quienes, finalmente, se retiraron de Europa.
hola profe ya entr4e ala pagina web
ResponderEliminaringresa tu comentario...
ResponderEliminarBueno dias
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