martes, 21 de abril de 2020

Guía 2: Introducción al estudio de la Edad media europea / Actividad 1: Crisis del imperio romano: Invasiones Bárbaras 7°

Periodización de la historia medieval de Europa
La Alta Edad Media
Con la caída del Imperio romano de occidente, comenzó el período conocido como la Edad Media, el cual abarcó diez siglos,  Desde el año 476 hasta el año 1453. Esta época se dividió en dos grandes etapas: la Alta y la Baja Edad
Media. La primera  comenzó en el año 476 y se extendió hasta el año 1000; la segunda duró del año 1000 al 1453.
Durante la Alta Edad Media se presentaron invasiones de pueblos llamados bárbaros, en los territorios de la antigua Roma.
También surgieron tres grandes imperios: el Bizantino, el Islámico y el Carolingio, cuyas relaciones y conflictos restructuraron el mapa del mundo y dejaron su huella hasta nuestros días.
Desde el siglo III el Imperio romano vivió una grave crisis. Las guerras civiles derivadas de la anarquía militar,
las invasiones de  pueblos extranjeros, los problemas económicos y los cambios religiosos como la aparición del cristianismo fueron sus causas  más importantes.
Crisis del Imperio Romano
La anarquía militar
Luego del asesinato del emperador Alejandro Severo, en el año 235, comenzó una etapa de anarquía militar. La gran extensión del Imperio dificultaba las comunicaciones entre las provincias y Roma, situación que favoreció la autonomía de los funcionarios provinciales. Además, los ejércitos de estas regiones incorporaban gente del lugar, lo que establecía vínculos de lealtad entre las tropas y sus comandantes. Los ejércitos provinciales comenzaron a deponer a los emperadores y elevar a sus comandantes
a la dignidad imperial, hecho que indicaba la importancia que había alcanzado la fuerza militar en la vida política romana.
La migración de los bárbaros
El debilitamiento de la autoridad y la disciplina, así como el desplazamiento de los ejércitos romanos, dejaron desprotegidas las fronteras. Esto permitió la incursión de los pueblos germanos, que se desplazaron desde el norte y el este de Europa hacia el sur. Los germanos, fueron llamados por los romanos bárbaros, palabra con la que identificaban a todos los pueblos extranjeros. Algunas de las
causas que explicaron estas migraciones fueron:
Aumento de la población y difíciles condiciones de vida. Como habitaban zonas cubiertas por bosques y pantanos los germanos se vieron obligados a desplazarse constantemente en busca de mejores tierras para cultivar, para establecerse definitivamente en un lugar y así desarrollar actividades que les perm itieran garantizar una economía estable.
Deseo de integración al Imperio romano. Gracias a varios siglos de vecindad con los romanos, los germanos habían asimilado la tecnología y las tácticas de guerra romanas, por lo que fue muy difícil frenar sus avances. Algunos
germanos se instalaron en áreas rurales y se convirtieron en trabajadores del campo. Otros ingresaron en calidad de federados, bajo la condición de servir al
ejército y defender las fronteras de nuevas invasiones.
La presión de los hunos. Los hunos eran un pueblo bárbaro nómada, proveniente de las estepas situadas al norte
 del mar Negro. Habían sido expulsados de Asia por lo que se desplazaron atacando a los germanos, al Imperio
romano y a los reinos de Persia e India. Los hunos han sido reconocidos en la historia por ser grandes guerreros y
 por sus acciones bélicas.



GUIA DIDACTICA No 1. Crisis del imperio romano: Invasiones Bárbaras
Cuestionario
  1. Explica la política durante el bajo imperio romano
  2. Explica los factores que llevaron a que el cristianismo se convirtiera en la religión oficial del imperio
  3. Plantea el contexto histórico-político de la disolución del imperio romano
  4. ¿Cuáles fueron los grupos barbaros que invaden al imperio romano?
  5. Compara y establece semejanzas y diferencias entre el imperio romano y el actual imperio de los EE UU
La restauración del poder imperial
La crisis comenzó a ceder con la llegada del emperador Diocleciano, en el año 284. Para mejorar la defensa y la administración de los territorios, y para solucionar el problema de la sucesión imperial, Diocleciano planeó efectuar una reforma, por la cual el Imperio se dividiría en dos grandes regiones: Oriente, con capital en Bizancio, y Occidente, con capital en Milán. Además, estableció como nuevo sistema de gobierno la tetrarquía, es decir, un gobierno de cuatro personas. Según la reforma que Diocleciano intentaba implementar, cada una de las partes del Imperio quedaba gobernada por un emperador, con el título de Augusto, el cual era asistido por un César. Después de 20 años, el Augusto debía renunciar para dar paso al César. Esta reforma político-administrativa se complementó concentrando todos los poderes en manos del emperador. El Senado y los magistrados perdieron toda autoridad. Diocleciano adoptó el título de Señor y se proclamó hombre sagrado, razón por la cual esta época se conoce con el nombre de Dominado. Durante su gobierno se restauró el orden, se frenaron las invasiones y se reanudó la construcción de obras públicas en todo el Imperio. Sin embargo, tras su abdicación, en el año 305, se desataron nuevas luchas por el poder. La división del Imperio en Oriente y Occidente se llevó a cabo de forma defi nitiva en el año 395 cuando el emperador Teodosio, entregó las dos partes del Imperio a sus hijos.
El cristianismo:La religión oficial del Imperio
Debido a la importancia que había adquirido el cristianismo, durante el gobierno de Constantino se revirtió la política de persecución con la promulgación del Edicto de Milán en el año 313, el cual permitía la libertad de cultos. Este edicto fue el primer paso para el reconocimiento legal de este credo. Años después, en el 380, el emperador Teodosio instituyó al cristianismo como la religión oficial del Imperio romano, a través del Edicto de Tesalónica. Aunque no se conocen las razones que tuvo Constantino para tomar la decisión de suspender las persecuciones contra los cristianos, según un testimonio de la época, Constantino tuvo una visión de la cruz acompañada de unas palabras que decían “Con este signo vencerás”. Después de esto, Constantino se convirtió en defensor y promotor del cristianismo en el Imperio. Luego de la promulgación del Edicto de Milán, los cristianos, y el mismo Constantino, comenzaron a perseguir otros credos a los que llamaron cultos paganos, destruyendo sus templos y atacando a sus sacerdotes.

Disolución del Imperio romano
Tal como lo había planteado Dioclesiano en el año 284, el emperador Teodosio en el año 395 dividió en dos el Imperio romano. Sus dos hijos Arcadio y Honorio asumieron el dominio de cada una de las partes. A Arcadio le correspondió la parte oriental, llamada Imperio romano de Oriente, con capital en Constantinopla. Honorio se hizo cargo de la parte occidental, llamada Imperio romano de Occidente, con capital en Milán. La parte oriental del Imperio logró resistir los ataques de los invasores y se fue helenizando progresivamente, es decir, adoptando rasgos de la cultura griega. Por el contrario, la parte occidental sufrió un rápido proceso de decadencia, producto de la ruina de la vida urbana, las revueltas de campesinos y colonos, así como de las conspiraciones palaciegas. De ese modo, cuando nuevas invasiones bárbaras cayeron con fuerza sobre Occidente, dieron el golpe fi nal a una estructura política profundamente debilitada. El último emperador del Imperio romano de Occidente fue destronado en el 476 por Odoacro, jefe de una tribu germánica. Con este hecho desapareció defi nitivamente el Imperio romano de Occidente y la grandeza de la ciudad que fuera capital de un imperio universal durante 700 años aproximadamente.
Las invasiones de los pueblos bárbaros
Las invasiones de los siglos IV y V A finales del siglo IV, los germanos entraron en el Imperio romano, como consecuencia de la presión que los hunos ejercían sobre ellos. Los principales grupos invasores fueron: los godos, divididos en visigodos y ostrogodos; los alanos, suevos, vándalos, alemanes, anglos, jutos, sajones, burgundios y francos. Los visigodos entraron por la parte oriental del Imperio en el año 376 y fueron aceptados como federados, es decir, como aliados militares de Roma a cambio de tierras y alimentos. Sin embargo, como Roma incumplió el pacto, los visigodos se rebelaron y vencieron a los romanos en la Batalla de Adrianópolis en el 378. En el 410, comandados por el rey Alarico I, entraron en la península itálica y saquearon a Roma. Posteriormente, el sucesor de Alarico, Ataulfo, se estableció al sur de Galia y en Hispania. En el año 406, ocurrió La Gran Invasión, en la que llegaron al territorio del Imperio grupos de alanos, suevos, vándalos y burgundios. Los tres primeros se establecieron en Hispania, generando enfrentamientos con los visigodos que, por ese entonces, estaban al servicio de los romanos. Esto provocó, a partir del año 429, el desplazamiento de los vándalos hacia el norte de África. Por otra parte, los burgundios y otros pueblos se ubicaron en diversas partes de la región occidental del Imperio.
La invasión de los hunos
Aprovechando las migraciones de los germanos, los hunos lograron establecerse pacíficamente en la frontera oriental del Imperio romano, en el territorio de la actual Hungría. Sin embargo, a mediados del siglo V, el rey huno Atila, rompió las relaciones con los romanos y decidió invadir el Imperio. En el año 439 comenzó atacando la parte oriental y logrando importantes victorias. Luego, en el año 451, marchó sobre la parte occidental, entrando a la región de Galia. Sin embargo, Atila fue derrotado, en la batalla de los Campos Cataláunicos, por una coalición de romanos, francos, burgundios y visigodos, comandados por el general romano Aecio. En el 452, Atila invadió Italia, saqueando algunas ciudades y atacando a Roma. Pero su muerte, acontecida un año después, generó desunión entre los hunos quienes, finalmente, se retiraron de Europa.


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