viernes, 22 de octubre de 2021

GUIA DIDACTICA No. 4 América y Europa: encuentro de dos mundo

 

Actividad No.1. El comercio: motor de la exploración de ultramar

Cuestionario:

1.      Explica los antecedentes históricos de la expansión europea: auge del comercio, las exploraciones de Marco Polo, adelantos tecnológicos y expansión portuguesa y española.

2.      Lee con atención el siguiente texto. Luego, responde las preguntas.

Motivaciones de los conquistadores

“Todo se había dado para la extraordinaria aventura hispánica: la experiencia militar renovada en los combates por la reconquista de Granada, la progresiva afirmación de una escuela cartográfica entre las mejores de Europa, la creación de ese formidable instrumento de navegación que fue la carabela.

Agréguese a ello una demografía que comienza a dar signos positivos, una sociedad que no garantiza un porvenir a todos sus hijos, los más decididos tomarán el camino de la aventura”.

                                                                   Ruggiero Romano. Los conquistadores. Buenos Aires, 1978

a.      ¿Qué significa para ti que España fuera era una “sociedad que no garantiza un porvenir a todos sus hijos”?

b.      ¿Por qué crees que el reino español no proveía de un futuro promisorio a sus súbditos a pesar de las circunstancias que lo favorecían?

Plantea y actúa:

En la actualidad, muchas personas salen de sus lugares de origen hacia otros sitios motivados por distintos factores, como la búsqueda de nuevas oportunidades educativas y laborales. Este fenómeno lo podemos observar en nuestro país, ya que se presentan múltiples desplazamientos internos y migración hacia otras naciones.

a.      Elabora un escrito donde expliques las razones del desplazamiento interno y las migraciones externas. Además, plantea posibles soluciones a este fenómeno.

 

Durante el siglo XV, varias regiones de Europa como Venecia, Génova y Nápoles, experimentaban un auge comercial producto de sus contactos  con Oriente. Gracias a esto, los europeos tenían acceso a especias orientales como la pimienta, el jengibre y la canela; podían adquirir las sedas y perfumes de China, piedras preciosas como los diamantes, las esmeraldas y los rubíes, y a los tejidos y tintes de India y el Medio Oriente.

Sin embargo, con la caída de Constantinopla a manos de los turcos en 1453, se interrumpió el comercio terrestre con el Oriente y las rutas marítimas pasaron a ser controladas por los musulmanes. Por esto, los reinos de Portugal y España emprendieron la búsqueda de nuevas rutas para restablecer el intercambio con Oriente.

Otras motivaciones

Muchos europeos del siglo XV, mantuvieron el espíritu de las cruzadas así como su idea de extender la doctrina cristiana y evangelizar a los infieles que habitaban en las fronteras de Europa. Esta fue la justificación religiosa para la expansión europea, animada por la Iglesia católica, a través de permisos oficiales como la bula emitida por el papa Nicolás V en 1442, en la cual autorizó al rey portugués Alfonso V, para someter y esclavizar a los paganos y musulmanes. Además, entre los hombres de esta época existía un espíritu de aventura y un afán de riquezas y de gloria, motivados por los escritos de viajeros del siglo XIV como Marco Polo, quien en su Libro de las maravillas, narraba las grandes riquezas que existían en los lejanos reinos de Catay (China) y Cipango (Japón).

Adelantos tecnológicos

El proyecto de realizar largos viajes requería de conocimientos e instrumentos que ayudaran a los navegantes a orientarse en alta mar. En aquella época se disponía de los conocimientos geográficos y astronómicos de los antiguos griegos, heredados y enriquecidos por los árabes. Sin embargo, estos aún presentaban muchas  deficiencias, que no garantizaban una travesía segura. Se presentaron importantes avances en la geografía, ya que se recuperaron los conocimientos de Ptolomeo y se extendieron teorías como las de Paolo Toscanelli, quien creía que era posible llegar a Asia navegando hacia el occidente, pues entre los eruditos y marineros se aceptaba la idea de la redondez de la Tierra. Igualmente, se dio un gran desarrollo cartográfico con la elaboración de mapas y cartas que registraban las costas europeas y la ubicación de los principales puertos. Además, se construyeron nuevos barcos, carabelas y naos; estas contaban con una vela triangular que les permitía aprovechar todos los vientos y navegar en alta mar. Se adoptó el uso de la brújula, el astrolabio y el cuadrante, para ubicar la posición de las estrellas de modo que los marineros se podían ubicar con mayor precisión.

La expansión portuguesa

Portugal fue pionero de las exploraciones geográficas. Durante el siglo XV exploró sistemáticamente la costa occidental de África, buscando establecer una ruta meridional hacia la India. Los monarcas de la casa Avis patrocinaron este proyecto gracias al apoyo del rey Enrique el Navegante, fundador de la escuela náutica de Sagres, donde se hacían adelantos en la navegación y el entrenamiento de los marineros. El primer paso se dio en 1415, cuando los portugueses tomaron el puerto de Ceuta, en las costas de Marruecos, adonde llegaban las caravanas con el oro del interior de África. Luego, en 1419 y 1427 conquistaron las islas Madeiras y Azores, respectivamente, y allí explotaron la caña de azúcar. 

Los portugueses siguieron navegando hacia el sur, siempre bordeando la costa, y fueron estableciendo enclaves fortificados o factorías cerca de la playa para abastecer a sus navegantes. Así fue como Bartolomé Díaz, al servicio del rey Juan II, alcanzó el extremo sur del continente en el cabo de Buena Esperanza, abriendo el paso hacia las Indias orientales.

En 1498, Vasco da Gama llegó a la India por esta ruta, lo mismo que Alfonso de Albuquerque, quien navegó por las costas de la India y algunas islas orientales, donde logró apropiarse de Ormuz en 1506, Goa en 1510 y Malaca en 1511, luego de vencer a los árabes.

Primeros pasos en la expansión española

Las primeras exploraciones ultramarinas estuvieron a cargo del reino de Castilla, cuando en 1402 el rey Enrique III tomó posesión de algunas de las Islas Canarias, ubicadas frente a la costa occidental de África. Sin embargo, el verdadero impulsó se inició con la unificación de los reinos de Aragón y Castilla, sellada con el matrimonio de los Reyes Católicos Fernando e Isabel en 1469. Los Reyes Católicos decidieron resolver primero sus problemas internos y afianzar la unidad de su reino, antes de lanzarse a conquistar nuevas rutas comerciales hacia Oriente. Bajo este reinado, se extendió el dominio territorial sobre otros reinos más pequeños y se inició la campaña para expulsar a los moros o musulmanes de la península Ibérica. También se dio la ocupación definitiva de las islas Canarias en 1477, cuando lograron vencer la resistencia nativa de los guanches en las islas occidentales de este archipiélago. En estas islas los españoles explotaron la madera y los árboles frutales, principalmente naranjos, al tiempo que ampliaron sus zonas de pesca. Finalmente, España consolidó su unidad política con la reconquista de Granada en 1492, último reino moro en España. Así se fortaleció el poder de los Reyes Católicos, quienes contaron, a partir de ese momento, con nuevos recursos para ampliar su nación y su empresa expansionista.


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