ACTIVIDAD NO. 3 El levantamiento de los Comuneros
Cuestionario
1. Plantea las causas y consecuencias del movimiento comunero, sus
protagonistas y la suerte trágica de los defensores de las causas populares.
2. En nuestro pasado histórico como en el presente hemos asistido a
levantamientos y/ o movimientos
sociales, el mas reciente las protestas de abril, mayo, junio de 2021…Establece
semejanzas y diferencias. Expresa tu opinión al respecto y el trato que el
gobierno da la protesta social.
3. ¿Crees que el gobierno de turno se limita a la defensa de sus intereses y
no resuelven los problemas o crisis sociales?
4. Plantea alternativas de solución a la crisis económica, política y social
que vive nuestro pais
En el año de 1781, el aumento y la creación de nuevos impuestos
establecidos por las reformas borbónicas, produjeron el levantamiento de los habitantes
de la población del Socorro. En unos pocos días, la rebelión transcendió el
ámbito local y suscitó una grave crisis en el orden político y social del
Virreinato de la Nueva Granada.
Antecedentes del
movimiento comunero
En 1778, el regente visitador de la Real Hacienda en el Virreinato de la Nueva
Granada, Juan Francisco Gutiérrez de Piñeres, estableció una serie de medidas
que buscaban consolidar el control de los monopolios del aguardiente y el
tabaco por parte del virreinato. Entre ellas. Se encontraban las que afectaban
el cultivo y comercialización del tabaco, así como la venta de aguardiente.
Para 1780, los poblados de Simacota, Mogotes y Charalá se levantaron en contra
de estas políticas. En marzo de 1781, los habitantes del Socorro se negaron a
pagar los impuestos fijados en un edicto en la plaza central de la población.
En un abierto desafío a los recaudadores, Manuela Beltrán y otros vecinos arrancaron
de la pared los carteles que anunciaban los valores de los tributos, en
especial los relacionados con el impuesto de la Armada de Barlovento o impuesto
a las ventas que afectaba severamente a los artesanos que fabricaban hilados de
algodón y demás textiles.
Los Comuneros (1781)
Los Comuneros
El 16 de abril, los organizadores de la protesta constituyeron una junta a
la que dominaron “común”, y desde entonces el movimiento tomó el nombre de
comuneros. En este movimiento confluyeron diversos sectores sociales, cada uno
con sus propios intereses. Los criollos, en su mayoría, aspiraban a la
supresión de las medidas que los habían excluido de los cargos públicos. Los
organizadores de la revuelta, Juan Francisco Berbeo y Salvador Plata, eran
representantes de este grupo.
Los mestizos aspiraban a la igualdad social y a terminar con la
discriminación y el maltrato que recibían por parte de los peninsulares y
criollos. De este grupo hacían parte José Antonio Galán y Lorenzo Alcatuz. Los
indígenas, en cabeza de Ambrosio Pisco, líder de las comunidades y resguardos
de la Sabana, aspiraban a conservar sus tierras y revindicar los derechos perdidos.
Todos los sectores mencionados acordaron iniciar la marcha sobre Santa Fe
para exigir al arzobispo Virrey, Caballero y Góngora, la derogación inmediata
de los impuestos. En el sitio conocido como Puente Real, los comuneros
derrotaron fácilmente a las pocas tropas gubernamentales enviadas a detenerlos.
Ante la magnitud de los hechos, el Virrey se presentó personalmente en Zipaquirá
para negociar con los insurrectos.
Las Capitulaciones de Zipaquirá
A mediados de mayo de 1781, el virrey Caballero y Góngora accedió a firmar
el documento pactado con los comuneros y que fue llamado Las Capitulaciones
de Zipaquirá. Entre otros, los puntos destacados de documento fueron:
■ Derogación o disminución de los impuestos que no habían sido
consultados con la población. De forma unánime, se exigió la eliminación del
tributo de la Armada de Bartolovento y la disminución en las tarifas de las
contribuciones sobre el tabaco y el aguardiente.
■ Devolución de algunos resguardos y minas de sal a los
indígenas, reducción de la tarifa de sus tributos y derogación del diezmo.
■ Restitución de los criollos en algunos cargos públicos que
habían sido ocupados por los españoles después de las reformas borbónicas. Un
sector del movimiento representado por los criollos, en su mayoría, aceptó las
capitulaciones y regresó tranquilamente a su casa. Sin embargo, algunos miembros
de la revuelta, encabezados por José Antonio Galán, desconfiaron
de la prisa con que fueron aceptadas las condiciones por parte del Virrey y
prosiguieron la lucha.
En una reunión posterior, las autoridades de Santa Fe, declararon nulas las
Capitulaciones y el Virrey ordenó la captura de Galán y de los demás comuneros
que proseguían con el movimiento. En febrero de 1782, Galán fue apresado y
ejecutado junto a Lorenzo Alcantuz y otros comuneros.
El cuerpo sin vida de Galán fue descuartizado y exhibido para mostrar a
los rebeldes lo que les podía suceder si seguían con sus acciones en contra del
gobierno virreinal. El movimiento comunero fracasó, pero dejó sembrada en los
criollos la desconfianza hacia las autoridades españolas. Las Capitulaciones de
Zipaquirá no fueron más que un instrumento del Virrey para ganar tiempo,
mientras reforzaba la capital con tropas enviadas desde Cartagena. Sin embargo,
el movimiento puso en evidencia la debilidad del gobierno español y sacó a la
luz las profundas contradicciones en las que se encontraba inmersa la sociedad
granadina de finales del
siglo XVIII. Hoy en día, el movimiento de los Comuneros se recuerda como
un hecho heroico de los pobladores del actual departamento de Santander en
contra del dominio español.