jueves, 7 de mayo de 2020

GUIA DIDACTICA No. 2: La Civilización Bizantina 7°


AREA: Ciencias Sociales

GRADO: 7°
DOCENTE: ADALBERTO GONZALEZ
     GUIA DIDACTICA No. 2           
FECHAS
Inicio: mayo 19 
Final: mayo 26


COMPETENCIAS /APRENDIZAJES ESPERADOS
ESTANDARES
Relaciones con la historia y las culturas en diferentes contextos
DERECHOS BASICOS
Analiza la Edad Media como un periodo histórico que dio origen a instituciones sociales, económicas y
 políticas en relación con el mismo período de las sociedades Precolombinas.
METODOLOGÍA
Mediante la praxis del AUTOAPRENDIZAJE los estudiantes trabajan con los padres el desarrollo de las GUIAS DE APRENDIZAJE. Estrategia en la que los estudiantes  buscan la información bibliográfica y web gráfica que necesitan para comprender los problemas y obtener una solución, bajo la supervisión de su docente desarrollando los cuestionarios, en la que tenemos comunicación permanente a través del blog http://www.barranquillabicentenaria.com/ 
ACTIVIDADES DE APRENDIZAJE

GUIA DIDACTICA No. 2: la Civilización Bizantina
Cuestionario:
  1. Explica el contexto histórico-geográfico del imperio bizantino
  2. Plantea contexto jurídico-político del esplendor y caída del  imperio bizantino
  3. Plantea la cuestión religiosa de la lucha iconoclasta  ¿Cómo se manifiestan estas prácticas en las Confesiones religiosas actuales?
  4. ¿Cuáles son las diferencias entre la iglesia cristiana oriental y la romana-germánica occidental? o ¿entre cristianos catolicos y cristianos ortodoxos?

Constantinopla, la Nueva Roma

 Luego de la caída del Imperio de Occidente en el 476, la supervivencia del Imperio romano de oriente se debió, en parte, a la situación geográfi ca de Constantinopla, la ciudad fundada por Constantino sobre la antigua colonia griega de Bizancio. Ubicada en el cruce de rutas marítimas y terrestres que unen Europa, Asia y África, y que conectan el mar Negro con el Mediterráneo, Constantinopla se convirtió en el centro del comercio de productos exóticos y de alto valor. Por su ubicación, sus riquezas y sus murallas, Constantinopla fue, durante siglos, infranqueable. Sin embargo, en 1453 los otomanos lograron ocupar la ciudad y el Imperio bizantino se derrumbó después de mil años de vida. 


Justiniano y el sueño de reunificar el Imperio
Justiniano llegó al trono del Imperio romano de oriente en el año 527. En ese momento, el territorio del imperio comprendía la península balcánica, Asia Menor, Siria, Palestina y Egipto. Justiniano creía que el mundo cristiano debía tener una única autoridad política: el emperador bizantino. Por ello, su programa se basaba en las ideas de unidad y romanidad. La unidad implicaba reconquistar Occidente, después de vencer a los reyes germanos y la romanidad, recuperar los territorios que habían integrado el Imperio romano, especialmente la ciudad de Roma. Para ello:
  expulsó a los vándalos del norte de África.
  expulsó a los ostrogodos de Italia.
  arrebató a los visigodos las costas mediterráneas del sur de España.
  dominó militarmente a otros pueblos. Durante el gobierno de Justiniano, Constantinopla alcanzó un gran esplendor arquitectónico y urbanístico, que se puso de manifi esto en la construcción del palacio y de la basílica de Santa Sofía.
Política interna: la reforma del Estado
Justiniano se preocupó por lograr la unidad legislativa del Imperio, apoyándose en la restauración del Derecho romano. Para ello, encargó a los principales juristas de su corte en Constantinopla la recopilación de las constitucionales imperiales y de todas las disposiciones vigentes, eliminando lo que había caído en desuso. El resultado fue una obra de sesenta y dos volúmenes: el Corpus luris civilis o Compendio del derecho civil. El emperador también emprendió la reforma del Estado: reorganizó la administración central, mejoró la recaudación de impuestos y robusteció las fi nanzas para solventar una organización civil y militar más efi ciente. Infl uido por las monarquías orientales, Justiniano se convirtió en un monarca teocrático e intervenía en los asuntos de la Iglesia. Esta subordinación de la Iglesia al poder político se denomina cesaropapismo. Gracias a la labor de Justiniano, el derecho romano se conservó y ha podido ser estudiado.
La decadencia del Imperio
La invasión de los turcos seldjucidas en el siglo XI privó a Bizancio de una de las zonas más ricas del Imperio: el Asia Menor. A partir de entonces, el Imperio de oriente vivió una lenta y paulatina decadencia, que se manifestó en una severa crisis agraria y comercial. Los bizantinos descuidaron su armada, y el tráfi co comercial cayó rápidamente en manos de los genoveses y venecianos. Así, la ruina del Estado bizantino se hizo inevitable; debilitado en sus bases, debió ceder territorios a diferentes potencias. Por último, sufrió la invasión de los otomanos. Cuando en el año 1453 los turcos tomaron la ciudad de Constantinopla, el Imperio se hallaba casi reducido a la misma capital. Este hecho puso fi n a mil años de historia.
La religiosidad y el Cisma de Oriente
La civilización bizantina fue profundamente cristiana, pero el cristianismo era visto de una forma diferente en el Imperio y en la Europa occidental romano-germanizada.
 Estas diferencias tan marcadas frente a la religión, se agravaron cuando en el siglo VIII, el emperador León III inició la lucha iconoclasta. Esta lucha  marcó una profunda división entre quienes apoyaban la veneración de iconos, imágenes religiosas, y quienes las prohibían. La gente solía acudir a los monasterios para llevar ofrendas a las imágenes, buscando una respuesta para sus preocupaciones. Decidido a reformar la vida religiosa del Imperio y a reducir el poder de los monasterios, el emperador León III prohibió el culto a las imágenes. Al rechazar las imágenes, el emperador se ganó la oposición de muchos fi eles y también de los monasterios, que perdían esa fuente de ingresos y de propaganda religiosa. Detrás de los enfrentamientos estaban los patriarcas orientales, que ambicionaban convertirse en jefes de una Iglesia separada de Roma. Los patriarcas eran los obispos de Constantinopla y, más tarde, se convirtieron en la cabeza del sector oriental de la Iglesia. Este fue el comienzo de la rivalidad entre los obispados de Roma y Constantinopla. La enemistad se mantuvo hasta el año 1054, cuando se produjo el cisma de la Iglesia que fue la división de la cristiandad en católicos apostólicos romanos, obedientes a la Iglesia de Roma, y católicos ortodoxos griegos, obedientes a la Iglesia bizantina. La influencia religiosa de Roma se extendió sobre toda Europa occidental, mientras que la de Constantinopla abarcó una gran parte de Europa oriental, el Imperio bizantino y la actual Rusia.  




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