lunes, 27 de julio de 2020

La vida urbana y Panorama político de Europa entre los siglos XI y XIII - 7° Guia 3 Actividad No. 1

AREA:

Ciencias Sociales

GRADO:

DOCENTE(S):

Adalberto de Jesús González Peña

Guía de Aprendizaje No. 3 Edad media

FECHAS

Inicio: julio 21

Final: Agosto 21

 





APRENDIZAJES:

Analiza la Edad Media como un periodo histórico que dio origen a instituciones sociales, económicas y políticas en relación con el mismo período de las sociedades precolombinas para comprender el desarrollo desigual de ambas culturas

METODOLOGÍA

Mediante la praxis del AUTOAPRENDIZAJE los estudiantes trabajan con los padres el desarrollode las GUIAS DE APRENDIZAJE. Estrategia en la que los estudiantes  buscan la información bibliográfica y web gráfica que necesitan para comprender los problemas y obtener unasolución, bajo la supervisión de su docente desarrollando los cuestionarios, en la que tenemos comunicación permanente a través del blog  http://www.barranquillabicentenaria.com/

 

ACTIVIDAD

 

FECHA DESARROLLO

 

FECHA DE ENTREGA

 

 

1.      La vida urbana y Panorama político de Europa entre los siglos XI y XIII

 

Julio 28 – agosto 3

 

Agosto 4

2.      La Iglesia durante la Baja Edad Media

Agosto 6 – agosto 13

 

Agosto 14

 

3.      Siglos XIV y XV

Agosto 18  - agosto 20

 

Agosto 21

AUTOEVALUACION

 

agosto 21

 

 

 

Los estudiantes realizarán en casa de acuerdo con las fechas establecidas

Actividad No. 1 La vida urbana y Panorama político de Europa entre los siglos XI y XIII

Cuestionario:

  1. Plantea el contexto social, político y económico en las ciudades medievales
  2. Plantea el contexto histórico y características de la monarquía medieval
  3. Explica el origen del parlamento, características y nombres que recibió en diferentes naciones
  4. ¿Cuáles fueron los reinos europeos entre los siglos XI y XIV?
  5. ¿Cuál es tu opinión sobre los regímenes monárquicos? ¿crees que en la actualidad un estado monárquico podría garantizar las libertades individuales que ofrece un régimen democrático? 

 

Entre los siglos XI y XIII se vivió un renacimiento de las ciudades en Europa, que se convirtieron en importantes centros de comercio. El desarrollo de las comunicaciones, la construcción de puentes y las nuevas técnicas favorecieron el movimiento de la economía.

La ciudad

Durante varios siglos, el crecimiento de las ciudades fue escaso. Pero, a partir del siglo XI, las antiguas ciudades o burgos cobraron nueva fuerza y comenzaron a repoblarse, debido principalmente al crecimiento de la producción agrícola y al aumento de la población en el campo. Surgieron nuevas ciudades al lado de los castillos y monasterios, en los cruces de caminos y a orillas de los ríos. Las murallas que rodeaban a las ciudades servían para asegurar su protección. Los edificios característicos eran la iglesia, el palacio episcopal y el palacio comunal, sede de la administración de la ciudad.

En el siglo XIII, las ciudades más grandes, como las flamencas o las del norte de Italia, llegaron a tener 50.000 habitantes.

Los burgueses

Los habitantes de las ciudades eran conocidos como burgueses. Su riqueza y su poder se basaban en el dinero y no en la tierra. El hecho de no dedicarse a las actividades rurales ni a la guerra los distinguía de los campesinos y los nobles, conformando un nuevo grupo social: la burguesía. Sin embargo, no todos los habitantes de la ciudad eran iguales: los más ricos y poderosos eran los mercaderes, que además controlaban el gobierno comunal; por debajo de ellos estaban los artesanos y los comerciantes. En la base de la sociedad, estaban los más pobres y marginados, que no tenían trabajo, no podían acceder a la ciudadanía, ni pertenecían a los gremios.

El gobierno de la ciudad

Los burgueses se organizaron cuando tomaron conciencia de que cumplían un papel diferente en la sociedad. A través de diversas formas de presión, como levantamientos, alianzas, apoyo financiero, recibieron de los monarcas cartas de libertades, por las que se colocaba a las ciudades directamente bajo la autoridad real, se las autorizaba a administrar justicia y se les otorgaba la libertad personal a sus habitantes. Las ciudades también obtuvieron el derecho de autogobernarse y formaron gobiernos comunales como el ayuntamiento y el señorío o comuna. A las ciudades acudieron personas que pertenecían a diferentes condiciones sociales y económicas, atraídas por las ventajas comerciales y la creciente actividad artesanal. Muchos señores feudales dejaron sus castillos para residir en las ciudades, como fue el caso de las ciudades italianas.

El comercio

La mayoría de los comerciantes era de origen rural. Al principio, eran errantes y se trasladaban de un lugar a otro para vender sus mercancías. También recorrían distancias más grandes para acudir a las reuniones de comerciantes que se realizaban en lugares y fechas preestablecidas. En su recorrido debían sortear numerosos obstáculos, como el pago de peaje para cruzar puentes o para atravesar territorios privados. A partir del siglo XIII, el volumen creciente de mercaderías dificultó el traslado de mercaderes, entonces estos comenzaron a establecerse en las ciudades. Las grandes áreas de comercio internacional fueron las ciudades del norte de Italia, en especial Venecia y Génova, que controlaban el comercio con Asía, Flandes y el mar del Norte. En esta región se formó la Liga Hanseática, que monopolizaba el comercio desde Inglaterra a Rusia. El punto de contacto entre las dos regiones eran las ferias de Champagne, ubicadas en Francia. Paralelamente al desarrollo del comercio a larga distancia, se produjo una mayor circulación monetaria y se difundieron nuevos tipos de pago, como el crédito y la letra de cambio, que permitía a los mercaderes viajar sin tener que llevar encima grandes sumas de dinero.

Panorama político de Europa

A partir del siglo XII, los reyes comenzaron a recuperar las atribuciones que habían perdido frente a los señores feudales: la administración de justicia, el reclutamiento de ejércitos y el cobro de tributos. El factor más importante que comenzó a gestarse en esta época fue la idea de pertenencia a una nación, entendida como la pertenencia a un mismo territorio, la posesión de un pasado común y la similitud de costumbres. Este proceso tuvo diferentes características según las regiones.

El sacro Imperio Romano Germánico

El tratado de Verdúm había dividido el imperio creado por Carlomagno en tres regiones: Germania, Lotaringia y Francia. En Germania la monarquía se debilitó a causa del avance de los húngaros y los eslavos. Paralelamente, creció el poder de los nobles, sobre todo el de los grandes duques. Cuando murió el último descendiente de Carlomagno, los grandes señores comenzaron a elegir a los reyes y la monarquía se convirtió en electiva. Otón I, uno de los reyes de la dinastía de Sajona, venció a los húngaros y a los eslavos y retomó la idea imperial. Después de sellar con el Papa una alianza, fue coronado emperador en el año 962. Desde ese momento, Germania recibió el nombre de Sacro Imperio Romano Germánico o Imperio Germánico.

Las ciudades italianas

Durante los primeros siglos medievales, la vida urbana solo había tenido importancia en las ciudades del norte de Italia. A partir del resurgimiento urbano y comercial de Europa, las ciudades italianas alcanzaron un gran desarrollo. En ellas nació el sistema bancario y financiero, que generó grandes fortunas. Los comerciantes, banqueros y mercaderes expandieron sus negocios hacia otros lugares, acumulando capitales que posteriormente permitirían el establecimiento de una economía más sólida.

A pesar del auge comercial que se estableció, la península Itálica no logró consolidar su unidad política durante la Edad Media

La monarquía inglesa

En 1066, Guillermo de Normandía conquistó Inglaterra y despojó a la nobleza sajona de sus tierras, las cuales repartió entre los guerreros normandos, que eran sus vasallos. En cada condado el rey nombraba un agente local llamado sheriff, que le ayudaba a conservar su poder. En el siglo XII, después del período de la dinastía normanda, inaugurada por Guillermo el Conquistador, la dinastía de los Plantagenet se apoderó del trono inglés. En esta época Enrique II anexó al reino parte de Francia. En el siglo XIII, la monarquía sufrió un retroceso cuando Juan Sin Tierra, hijo de Enrique, sufrió una derrota en la batalla de Bouvines, año 1214, perdiendo gran parte de los feudos franceses que habían sido conquistados por su padre. Esta derrota irritó a los nobles y clérigos ingleses, quienes obligaron a Juan Sin Tierra a firmar un documento llamado la Carta Magna, que le prohibía iniciar guerras y cobrar impuestos sin la autorización del parlamento inglés, asamblea compuesta por nobles y burgueses. La Carta Magna es considerada la primera constitución inglesa y la creadora de la monarquía parlamentaria.

La monarquía francesa

 Luego de la caída del Imperio carolingio, Francia inició su proceso de unificación en el siglo XII, con la dinastía de los Capetos. Durante mucho tiempo lo señores feudales fueron más poderosos que los reyes, pero con Felipe II Augusto, se vieron obligados a obedecerle. Felipe IV convocó un consejo llamado los Estados Generales, en el año 1302, en el que reunió a la burguesía, la nobleza y el clero. Con ello logró el respaldo a la monarquía y el reconocimiento de su poder absoluto, de paso estableció una importante institución parlamentaria.

La Península Ibérica La ofensiva de los reinos cristianos sobre la España musulmana se detuvo en el siglo XIII. La reconquista fue retomada en el siglo XV. La península estaba organizada en cinco estados: los reinos cristianos de Portugal, Castilla, Aragón y Navarra, y el reino musulmán de Granada. La nobleza y la monarquía castellanas se enfrentaron en reiteradas ocasiones en cruentas guerras civiles. Al mismo tiempo se fue consolidando la burguesía que logró representación a través de las cortes, es decir, asambleas convocadas por el rey. En el siglo XV se unificaron Castilla y Aragón, tras el matrimonio de Isabel y Fernando, los Reyes Católicos. Estos concluyeron la Reconquista de la península que finalizaría con la caída del Reino Musulmán de Granada.

La Península Itálica Estaba dividida en tres zonas:

El norte: que pertenecía al Sacro Imperio.

El centro: que comprendía los Estados de la Iglesia.

El sur: que pertenecía al reino de Sicilia, del cual se separó el reino de Nápoles a finales del siglo XIII.


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