AREA: Ciencias Sociales |
GRADO: 7° |
DOCENTE(S): Adalberto de
Jesús González Peña Guía de
Aprendizaje No. 3 Edad media |
FECHAS Inicio: julio 21 Final: Agosto 21 |
APRENDIZAJES:
Analiza la Edad Media como un periodo histórico que dio origen a instituciones sociales, económicas y políticas en relación con el mismo período de las sociedades precolombinas para comprender el desarrollo desigual de ambas culturas
METODOLOGÍA
Mediante la praxis del AUTOAPRENDIZAJE los estudiantes trabajan con los padres el desarrollode las GUIAS DE APRENDIZAJE. Estrategia en la que los estudiantes buscan la información bibliográfica y web gráfica que necesitan para comprender los problemas y obtener unasolución, bajo la supervisión de su docente desarrollando los cuestionarios, en la que tenemos comunicación permanente a través del blog http://www.barranquillabicentenaria.com/
ACTIVIDAD
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FECHA DESARROLLO
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FECHA DE ENTREGA
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1. La
vida urbana y Panorama político de
Europa entre los siglos XI y XIII |
Julio 28 – agosto 3 |
Agosto 4 |
2. La Iglesia durante la
Baja Edad Media |
Agosto
6 – agosto 13
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Agosto
14
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3. Siglos XIV y XV |
Agosto
18 - agosto 20
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Agosto
21 |
AUTOEVALUACION |
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agosto 21 |
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Los estudiantes realizarán en casa
de acuerdo con las fechas establecidas
Actividad No. 1 La vida urbana y Panorama político de Europa entre
los siglos XI y XIII
Cuestionario:
- Plantea el
contexto social, político y económico en las ciudades medievales
- Plantea el
contexto histórico y características de la monarquía medieval
- Explica el
origen del parlamento, características y nombres que recibió en diferentes
naciones
- ¿Cuáles
fueron los reinos europeos entre los siglos XI y XIV?
- ¿Cuál es tu
opinión sobre los regímenes monárquicos? ¿crees que en la actualidad un
estado monárquico podría garantizar las libertades individuales que ofrece
un régimen democrático?
Entre los siglos XI y XIII se
vivió un renacimiento de las ciudades en Europa, que se convirtieron en
importantes centros de comercio. El desarrollo de las comunicaciones, la
construcción de puentes y las nuevas técnicas favorecieron el movimiento de la
economía.
La ciudad
Durante varios siglos, el
crecimiento de las ciudades fue escaso. Pero, a partir del siglo XI, las
antiguas ciudades o burgos cobraron nueva fuerza y comenzaron a repoblarse,
debido principalmente al crecimiento de la producción agrícola y al aumento de
la población en el campo. Surgieron nuevas ciudades al lado de los castillos y
monasterios, en los cruces de caminos y a orillas de los ríos. Las murallas que
rodeaban a las ciudades servían para asegurar su protección. Los edificios
característicos eran la iglesia, el palacio episcopal y el palacio comunal,
sede de la administración de la ciudad.
En el siglo XIII, las ciudades más
grandes, como las flamencas o las del norte de Italia, llegaron a tener 50.000
habitantes.
Los burgueses
Los habitantes de las ciudades
eran conocidos como burgueses. Su riqueza y su poder se basaban en el dinero y
no en la tierra. El hecho de no dedicarse a las actividades rurales ni a la
guerra los distinguía de los campesinos
y los nobles, conformando un nuevo grupo social: la burguesía. Sin embargo, no todos los habitantes de la ciudad
eran iguales: los más ricos y poderosos eran los mercaderes, que además controlaban el gobierno comunal; por debajo
de ellos estaban los artesanos y los comerciantes. En la base de la sociedad,
estaban los más pobres y marginados,
que no tenían trabajo, no podían acceder a la ciudadanía, ni pertenecían a los
gremios.
El gobierno de la ciudad
Los burgueses se organizaron
cuando tomaron conciencia de que cumplían un papel diferente en la sociedad. A
través de diversas formas de presión, como levantamientos, alianzas, apoyo financiero,
recibieron de los monarcas cartas de libertades, por las que se colocaba a las
ciudades directamente bajo la autoridad real, se las autorizaba a administrar
justicia y se les otorgaba la libertad personal a sus habitantes. Las ciudades
también obtuvieron el derecho de autogobernarse y formaron gobiernos comunales
como el ayuntamiento y el señorío o comuna. A las ciudades acudieron personas
que pertenecían a diferentes condiciones sociales y económicas, atraídas por
las ventajas comerciales y la creciente actividad artesanal. Muchos señores
feudales dejaron sus castillos para residir en las ciudades, como fue el caso
de las ciudades italianas.
El comercio
La mayoría de los comerciantes era
de origen rural. Al principio, eran errantes y se trasladaban de un lugar a
otro para vender sus mercancías. También recorrían distancias más grandes para
acudir a las reuniones de comerciantes que se realizaban en lugares y fechas
preestablecidas. En su recorrido debían sortear numerosos obstáculos, como el
pago de peaje para cruzar puentes o para atravesar territorios privados. A
partir del siglo XIII, el volumen creciente de mercaderías dificultó el
traslado de mercaderes, entonces estos comenzaron a establecerse en las
ciudades. Las grandes áreas de comercio internacional fueron las ciudades del
norte de Italia, en especial Venecia y Génova, que controlaban el comercio con
Asía, Flandes y el mar del Norte. En esta región se formó la Liga Hanseática,
que monopolizaba el comercio desde Inglaterra a Rusia. El punto de contacto
entre las dos regiones eran las ferias de Champagne, ubicadas en Francia. Paralelamente
al desarrollo del comercio a larga distancia, se produjo una mayor circulación
monetaria y se difundieron nuevos tipos de pago, como el crédito y la letra de
cambio, que permitía a los mercaderes viajar sin tener que llevar encima
grandes sumas de dinero.
Panorama político de Europa
A partir del siglo XII, los reyes
comenzaron a recuperar las atribuciones que habían perdido frente a los señores
feudales: la administración de justicia, el reclutamiento de ejércitos y el
cobro de tributos. El factor más importante que comenzó a gestarse en esta
época fue la idea de pertenencia a una nación, entendida como la pertenencia a
un mismo territorio, la posesión de un pasado común y la similitud de
costumbres. Este proceso tuvo diferentes características según las regiones.
El sacro Imperio Romano Germánico
El tratado de Verdúm había
dividido el imperio creado por Carlomagno en tres regiones: Germania,
Lotaringia y Francia. En Germania la monarquía se debilitó a causa del avance
de los húngaros y los eslavos. Paralelamente, creció el poder de los nobles,
sobre todo el de los grandes duques. Cuando murió el último descendiente de Carlomagno, los grandes señores
comenzaron a elegir a los reyes y la monarquía se convirtió en electiva. Otón I, uno de los reyes de la dinastía
de Sajona, venció a los húngaros y a los eslavos y retomó la idea imperial.
Después de sellar con el Papa una alianza, fue coronado emperador en el año
962. Desde ese momento, Germania recibió el nombre de Sacro Imperio Romano Germánico o Imperio Germánico.
Las ciudades italianas
Durante los primeros siglos
medievales, la vida urbana solo había tenido importancia en las ciudades del
norte de Italia. A partir del resurgimiento urbano y comercial de Europa, las
ciudades italianas alcanzaron un gran desarrollo. En ellas nació el sistema
bancario y financiero, que generó grandes fortunas. Los comerciantes, banqueros
y mercaderes expandieron sus negocios hacia otros lugares, acumulando capitales
que posteriormente permitirían el establecimiento de una economía más sólida.
A pesar del auge comercial que se
estableció, la península Itálica no logró consolidar su unidad política durante
la Edad Media
La monarquía inglesa
En 1066, Guillermo de Normandía conquistó Inglaterra y despojó a la nobleza
sajona de sus tierras, las cuales repartió entre los guerreros normandos, que
eran sus vasallos. En cada condado el rey nombraba un agente local llamado
sheriff, que le ayudaba a conservar su poder. En el siglo XII, después del
período de la dinastía normanda, inaugurada por Guillermo el Conquistador, la dinastía de los Plantagenet se apoderó del trono inglés. En esta época Enrique II anexó al reino parte de
Francia. En el siglo XIII, la monarquía sufrió un retroceso cuando Juan Sin Tierra, hijo de Enrique,
sufrió una derrota en la batalla de Bouvines, año 1214, perdiendo gran parte de
los feudos franceses que habían sido conquistados por su padre. Esta derrota
irritó a los nobles y clérigos ingleses, quienes obligaron a Juan Sin Tierra a firmar un documento
llamado la Carta Magna, que le prohibía iniciar guerras y cobrar impuestos sin
la autorización del parlamento inglés, asamblea compuesta por nobles y
burgueses. La Carta Magna es considerada
la primera constitución inglesa y la creadora de la monarquía parlamentaria.
La monarquía francesa
Luego de la caída del Imperio carolingio,
Francia inició su proceso de unificación en el siglo XII, con la dinastía de los Capetos. Durante mucho
tiempo lo señores feudales fueron más poderosos que los reyes, pero con Felipe II Augusto, se vieron obligados
a obedecerle. Felipe IV convocó un
consejo llamado los Estados Generales, en el año 1302, en el que reunió a la
burguesía, la nobleza y el clero. Con ello logró el respaldo a la monarquía y
el reconocimiento de su poder absoluto, de paso estableció una importante
institución parlamentaria.
La Península Ibérica La ofensiva de los reinos
cristianos sobre la España musulmana se detuvo en el siglo XIII. La reconquista
fue retomada en el siglo XV. La península estaba organizada en cinco estados:
los reinos cristianos de Portugal, Castilla, Aragón y Navarra, y el reino
musulmán de Granada. La nobleza y la monarquía castellanas se enfrentaron en
reiteradas ocasiones en cruentas guerras civiles. Al mismo tiempo se fue
consolidando la burguesía que logró representación a través de las cortes, es
decir, asambleas convocadas por el rey. En el siglo XV se unificaron Castilla y
Aragón, tras el matrimonio de Isabel y
Fernando, los Reyes Católicos. Estos concluyeron la Reconquista de la
península que finalizaría con la caída del Reino Musulmán de Granada.
La Península Itálica Estaba
dividida en tres zonas:
■ El norte: que pertenecía al
Sacro Imperio.
■ El centro: que comprendía los
Estados de la Iglesia.
■ El sur: que pertenecía al
reino de Sicilia, del cual se separó el reino de Nápoles a finales del siglo
XIII.
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