Actividad No. 4 La civilización griega
- Describe el contexto geográfico de Grecia
- ¿En que consistieron las ciudades o polis
griegas y sus características?
- Plantea el concepto de ciudadanía griega y como
se adquiría esta categoría
- Explica la expansión griega por el mediterráneo
y los cambios de gobierno que esta implicó
- Explica
el modelo de gobierno de los griegos: Atenas y Esparta
- ¿En que consistieron las guerras medicas?
- Explica el legado cultural de los griegos
Hace unos 3.000 años, los griegos
desarrollaron a orillas del mar Mediterráneo una importante civilización que
influyó poderosamente en los romanos y en otras culturas.
El espacio griego La
civilización griega se desarrolló en la zona que abarca los siguientes
espacios:
Grecia continental: sur de la península balcánica.
Grecia insular: islas bañadas por el mar Egeo y el mar Jónico. Grecia asiática: costas del Asia Menor
(actual Turquía). La geografía influyó directamente en la forma de vida de los
griegos. Muchos fueron pescadores, navegantes y comerciantes debido a su
cercanía al mar. La comunicación entre los pueblos fue muy difícil, ya que la
zona continental está dividida por cadenas de montañas y ríos cortos difíciles
de navegar.
La península balcánica
El territorio de la península balcánica
es montañoso y cuenta con las llanuras de Tesalia, Macedonia, Epiro, Beocia y
las penínsulas del Ática y del Peloponeso. Limita al oriente con el mar Egeo,
al sur con el mar Mediterráneo y al occidente con los mares Adriático y jónico.
Su territorio se caracteriza por ser bastante fragmentado por las cadenas
montañosas que lo atraviesan, y que forman pequeñas llanuras y valles donde se
asentaron los griegos. Esto llevó a que las comunidades griegas estuvieran
aisladas e independientes unas de las otras, conformando ciudades-Estado
denominadas por ellos polis.
El mar Mediterráneo y el mar Egeo
En el mar Egeo se encuentra una cadena de
islas como los archipiélagos de las Espóradas y de las Cícladas, e islas
mayores como Creta, Chipre y Rodas, que forman un puente entre Europa y Asia
Menor. Este fue el primer escenario donde se aventuraron los navegantes
griegos, para luego extender su influencia por todo el Mediterráneo. El mar fue
el escenario de los griegos, ya que favoreció el desarrollo de su navegación y
su comercio con civilizaciones como la egipcia y la fenicia. Además, sus
principales ciudades-Estado se establecieron a la orilla o muy cerca del mar,
por lo que la comunicación marítima era más fácil que el contacto terrestre.
Por el mar Egeo y el Mediterráneo no solo circularon bienes y productos sino
también personas, ideas y creencias; por ello se llegó a afianzar la cultura
griega entre las diferentes polis.
Desde el año 3000 a. C. surgieron
las primeras civilizaciones griegas, las cuales alcanzaron un alto grado de
organización política, social y económica. Se destacaron las culturas cretense
y micénica.
La civilización cretense
Alrededor del año 2500 a. C., a
medida que en Egipto y en Mesopotamia se desarrollaban poderosos Estados, en
una isla del mar Egeo llamada Creta, se iniciaba la civilización cretense o
minoica, denominada así en honor del legendario rey Minos. Su poderío se basaba
más en la actividad comercial que en lo militar, pues su flota marítima
sostenía un intenso intercambio con ciudades del Asia Menor y con Egipto.
Cnosos era la capital. Los cretenses no estaban sometidos a una misma
autoridad, pues en el país coexistían varios reyes. Cada rey dominaba un sector
de la isla desde un palacio que funcionaba como un centro administrativo que
dirigía la vida y la economía de la ciudad y de las comunidades agrícolas. Los
palacios cretenses se edificaron alrededor del año 2000 a. C. Los más
importantes estaban ubicados en Cnosos, Festos, Mallia y Hagia Triada. Cada
palacio era construido en torno a un patio central y tenía viviendas, salones
de recepción, corredores, talleres de artesanos y almacenes. Hacia el año 1700
a. C., la civilización cretense llegó a su apogeo. Se cree que un siglo después,
un terremoto acabó con la prosperidad de esa cultura. Hacia el año 1400 a. C.,
los aqueos iniciaron la conquista de Creta.
La civilización micénica
A comienzos del segundo milenio a.
C., en la misma época que florecía la civilización cretense, llegaron a la
Grecia los primeros grupos de indoeuropeos procedentes de Europa central
(aqueos, jonios y eolios). Estos pueblos, que poseían armas de bronce y carros
de guerra, se impusieron por la fuerza a los pelasgos —la antigua población de
Grecia— y se instalaron en las aldeas situadas en las colinas bajas. Los
aqueos, aprendieron de los cretenses el comercio marítimo y el dominio de los
mares. Ello les permitió tener influencia por todo el Mediterráneo oriental. La
combinación de los elementos culturales de los invasores con los de la cultura
cretense dio origen a la civilización micénica, llamada así por la ciudad de
Micenas, el centro urbano más rico y poderoso. Pero si bien ese nombre se
utiliza para identificar a toda la civilización, eso no significa que los reyes
de Micenas dominaran toda Grecia. En realidad, el territorio estaba dividido en
varios reinos, como los de Tirinto, Tebas, Argos, Pylos, Ítaca, Gla y Atenas.
Estos reinos estaban constituidos por ciudades ricas resguardadas por grandes
muros, lo que demuestra que conformaban pequeños reinos dirigidos por jefes
guerreros. La migración de otro pueblo indoeuropeo, los dorios, puso fin a la
civilización micénica, pues, destruyeron palacios y fortificaciones. Los
invasores eran militarmente superiores, ya que combatían a caballo y portaban
largas lanzas de hierro. Al desaparecer los palacios y los funcionarios que
residían en ellos, también se perdió el uso de la escritura. Grecia se ruralizó
y la vida se volvió más primitiva. A esta época se le conoce como la Edad
Oscura.
La Grecia arcaica
La Edad Oscura fue una época de
gran inestabilidad en Grecia. Por eso, los griegos se agruparon y formaron
poblados en lo alto de las colinas. Así, a partir del siglo VIII a. C.
surgieron las polis y se inició el período conocido como Grecia arcaica.
La formación de las polis
Las polis eran comunidades
autónomas que comprendían una aldea y los campos vecinos. Por lo general,
estaban ubicadas al pie de una colina, en cuya cima construían una acrópolis,
lugar que servía de refugio y residencia a las autoridades, y donde se
edificaban los templos. Cada polis tenía sus propias reglas de organización:
gobierno, ejército, economía, legislación y costumbres. Sin embargo, todas las
polis compartían un modelo cultural común. Esto determinó que se sintieran
parte de una misma civilización.
Descontento social y reformas legislativas
En un principio, las polis estaban
gobernadas por jefes locales, pero poco a poco el poder pasó a manos de una
minoría privilegiada. Las tierras estaban desigualmente repartidas y unos pocos
ricos eran propietarios de la mayoría de ellas, frente a un gran número de
campesinos pobres. La nobleza exigía el pago de pesados tributos o de intereses
muy altos por los préstamos. Cuando los pequeños agricultores no podían pagar
sus deudas, debían entregar sus tierras y convertirse en esclavos. Esta
situación provocó el descontento social y los campesinos se levantaron en
violentos reclamos. Ni siquiera la colonización frenó este descontento. Ante
esta conflictiva situación, surgieron legisladores que reformaron y pusieron
por escrito las leyes. Pero las acciones de los legisladores no solucionaron
todos los problemas. En ese contexto ganaron popularidad los tiranos, hombres
que tomaron el poder por la fuerza, pero que tenían el respaldo popular porque
sus medidas favorecían al pueblo.
La expansión griega por el Mediterráneo
Las escasas y poco fértiles
tierras griegas no bastaban para alimentar a una población que año tras año era
más numerosa. Por esta razón, entre los siglos VIII y VI a. C., muchos griegos
abandonaron sus polis para establecer colonias en las costas del mar
Mediterráneo. Las colonias se creaban fundamentalmente en lugares aptos para la
agricultura y cercanos a la costa para facilitar el transporte y el comercio de
sus productos. También se buscaban zonas que presentaran una colina desde la
cual pudieran defender la ciudad; estas zonas debían contar, además, con agua y
terrenos fértiles.
Las colonias mantenían los dioses,
las costumbres y la organización de las polis de las que procedía su población,
pero eran comunidades independientes. La colonización les permitió a los
griegos contactarse con otros pueblos como los fenicios, los etruscos y los
egipcios. Además, les sirvió para extender su civilización más allá de sus
fronteras. La expansión griega por el mar Mediterráneo se desarrolló en dos
etapas: Hacia el oeste, entre los años 750 y 650 a. C.: sur de Italia, Sicilia,
Francia, Libia y noreste de la península Ibérica. Hacia el este, después del
año 650 a. C.: costas del mar Negro.
La Grecia clásica
El período clásico comenzó en
Grecia en el año 490 a. C. y se prolongó hasta el año 323 a. C. En esa época,
las principales polis griegas alcanzaron su apogeo en el arte, el pensamiento y
la economía. Sin embargo, también se produjeron constantes guerras internas
entre las ciudades por lograr el control. Atenas y Esparta se constituyeron en
los modelos de las polis vecinas, a las que buscaron integrar en sus propias
ligas o alianzas con fines estratégicos y comerciales. Ambas representaban dos
formas diferentes de concebir la sociedad: una era democrática y política; la
otra, aristocrática y militarista.
Atenas
Así como la mayoría de polis
griegas, Atenas estuvo gobernada en un comienzo por un rey. Luego, se instauró
un gobierno oligárgico, a cargo de los grandes propietarios de tierras o
eupátridas (palabra griega que significa ‘los de buen linaje’). Entre ellos se
elegía a los arcontes, magistrados que se repartían los poderes político,
judicial y religioso. El resto de la población libre de Atenas constituía el
pueblo o demos, sector social que no podía participar en el gobierno de la
ciudad. Así, mientras los eupátridas conformaban la clase más alta en la escala
de la sociedad ateniense, los ciudadanos, los metecos y los esclavos, ocupaban
el segundo, tercer y cuarto lugar, respectivamente. Los ciudadanos eran minoría
(únicamente 40.000 de los 350.000 habitantes que tenía Atenas en el siglo IV a.
C.). Pertenecían a este grupo solo los varones libres nacidos de padres
atenienses. Los metecos eran los extranjeros libres que vivían en la ciudad. Se
dedicaban al comercio o la artesanía. El Estado les podía exigir el pago de
impuestos e incorporarlos al ejército. Los esclavos formaban el sector más
grande de la población. Carecían de derechos y podían ser comprados y vendidos.
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El camino hacia la democracia Hacia fines del siglo VI
a. C., Clístenes llevó a cabo reformas que convirtieron a Atenas en una
democracia: estableció la igualdad de derechos para todos los ciudadanos y
amplió la participación de estos en la política. Además, dividió a la
población en diez distritos o “tribus”, según su lugar de residencia y no por
su fortuna personal o estirpe. En cada tribu, los ciudadanos votaban para
elegir un estratega o jefe militar, un arconte y cincuenta representantes
para integrar el antiguo Consejo, que pasó a llamarse Consejo de los
Quinientos o Bulé. El conjunto de todos los ciudadanos formaba la Asamblea
popular o Eclesía, que tenía la potestad de votar leyes, elegir autoridades y
decidir la participación en las guerras. La democracia ateniense aseguraba la
participación de todos los ciudadanos, pero solo una pequeña parte de la
población conformaba este grupo. Es decir, era una democracia limitada. |
Esparta
La ciudad de Esparta fue fundada
en el siglo X a. C. en la región de Laconia, península del Peloponeso. Los
dorios, atraídos por la fertilidad del suelo, sometieron a los pobladores
originarios, pero al ser numéricamente inferiores que los pueblos que dominaron,
crearon una sociedad militarista para evitar las sublevaciones. En un inicio,
Esparta estaba gobernada por dos reyes, quienes con el tiempo fueron perdiendo
poderes hasta convertirse solo en jefes militares. La institución más
importante era la Gerusía, un consejo de 28 ancianos encargado de dictar leyes.
La Asamblea popular o Apella —formada por todos los ciudadanos mayores de 30
años—, podía vetar las propuestas legislativas de la Gerusía. Por último, había
cinco éforos, magistrados que se encargaban de ejecutar las decisiones de la
Gerusía y la Apella, controlar las actividades de los ciudadanos y supervisar a
los reyes.
La sociedad espartana
La sociedad espartana estaba
dividida en tres grupos:
Los espartiatas o iguales, que eran miembros de la aristocracia
guerrera descendiente de los dorios. Solo ellos podían participar del gobierno
de la ciudad. El Estado les adjudicaba una parcela de tierra, que era trabajada
por los ilotas. Los iguales no podían dedicarse a otras tareas que no fueran la
guerra y la política.
Los periecos, que
eran descendientes de los pobladores de las comunidades campesinas que no
opusieron resistencia a la invasión doria. Aunque eran libres, carecían de
derechos políticos. Podían dedicarse a la agricultura, el comercio o la
artesanía.
Los ilotas, que eran descendientes de las comunidades que se
resistieron a la invasión de los dorios. El Estado los distribuía entre los
espartiatas para que trabajaran sus tierras. No eran exactamente esclavos, pero
carecían de derechos.
Sistema político espartano El gobierno espartano se
basó en unas leyes muy estrictas, atribuidas al legislador Licurgo. La polis
estaba gobernada por dos reyes que conformaban la Diarquía y representaban la
principal autoridad. Las leyes eran dictadas por un consejo de 28 ancianos
llamado la Gerusía. Los ancianos eran elegidos por la asamblea popular o
Apella, de la cual hacían parte los ciudadanos mayores de 30 años (alrededor
de 9.000 espartiatas). Los miembros de la Apella podían vetar las leyes
propuestas por la Gerusía. La última institución del gobierno espartano la
conformaban los éforos, cinco magistrados elegidos por la Apella y que se
encargaban de hacer cumplir la ley y controlar a los habitantes de la polis. |
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La época clásica, un período de guerras
A fines del siglo VI a. C., las
polis griegas habían alcanzado una notable prosperidad económica, la
consolidación de organizaciones políticas sólidas y una unidad cultural que las
hacía sentirse superiores a otros pueblos. Sin embargo, también fue la época en
que su civilización tuvo que enfrentarse al desafío de las guerras.
Las guerras médicas (490-479 a. C.)
A principios del siglo V a. C., el poderoso
Imperio persa y las principales ciudades-Estado griegas se enfrentaron en las
guerras médicas, denominadas así por el nombre del Imperio persa o medo-persa.
El conflicto se originó cuando las ciudades griegas del Asia Menor, apoyadas
por Atenas y otras polis griegas, decidieron sublevarse contra el dominio
persa. Darío I, el rey persa, sofocó la rebelión y en represalia decidió
invadir Grecia.
La primera guerra médica comenzó en el año 490 a. C., con
el desembarco de las tropas persas en la península del Ática. Los griegos, bajo
el liderazgo ateniense, derrotaron a los persas en la batalla de Maratón a pesar
de su inferioridad numérica. La táctica militar y la confianza en sí mismos
fueron los dos factores principales en la victoria.
La segunda guerra médica se inició en el año 480 a. C. con
una gigantesca expedición organizada por Jerjes, hijo de Darío I y nuevo
monarca persa. El primer enfrentamiento ocurrió en el desfiladero de las
Termópilas, donde 300 guerreros espartanos al mando del rey Leónidas, y
apoyados por más de 1.000 hombres, desafiaron a los persas y pelearon hasta la muerte.
La Batalla de las Termópilas - La Ultima Batalla de los 300
El sacrificio de los guerreros
griegos dio tiempo a otras polis para prepararse. Así, cuando todo parecía
perdido para los griegos, los atenienses, al mando de Temístocles, dieron un
giro a la guerra. Su flota no era tan numerosa como la persa, pero sus navíos
más fáciles de maniobrar les permitieron navegar con mayor facilidad en el
estrecho de Salamina y hundir a gran parte de la flota enemiga. Los persas
reanudaron su ataque al año siguiente con un ejército de 300.000 hombres. Sin
embargo, la coalición griega al mando del espartano Pausanias los derrotó en la
batalla de Platea. La destrucción de la flota persa en el combate de Micala
consolidó la victoria griega. Los conflictos continuaron por unos años más,
pero concluyeron con la liberación de las ciudades griegas del Asia Menor. La
firma de la Paz de Calias (449 a. C.) puso término a los enfrentamientos entre
persas y griegos.
La Liga de Delos y la supremacía ateniense
En el año 478 a. C., Atenas
convocó a más de 160 polis a la isla de Delos para formar una alianza y estar
prevenidos frente a una posible invasión persa. A la reunión asistieron
delegados de cada polis, quienes se comprometieron a contribuir con naves y
hombres o con dinero, que sería guardado en la isla. En el año 454 a. C., el
dinero recaudado fue llevado a Atenas con el pretexto de que ahí estaría más
seguro. Desde entonces, los pagos fueron enviados a Atenas y se gastaron en el
fortalecimiento de la ciudad. La hegemonía ateniense tuvo lugar durante el
gobierno de Pericles (461- 431 a. C.), quien consolidó la democracia y el
dominio político y comercial sobre el mar Egeo, así como el liderazgo
indiscutido de la Liga de Delos. Fue la época de oro de la cultura clásica
griega por la creación de obras de arte y el desarrollo del pensamiento y las
ciencias. Por todo ello, a este período también se le denomina el Siglo de Oro
de Pericles.
La guerra del Peloponeso
La supremacía ateniense y la
presión que ejercía sobre las demás polis provocaron desconfianza en estas.
Ante ello, en el siglo VI a. C. Esparta creó con sus polis aliadas la Liga del
Peloponeso. Las tensiones entre Atenas y Esparta fueron en aumento hasta que en
el año 431 a. C. estalló la guerra del Peloponeso. El conflicto se inició por
la intervención de Atenas en la política comercial de Corinto, ciudad aliada de
Esparta. Sin embargo, la razón de fondo fue la antigua rivalidad entre Esparta
y Atenas. Las tropas espartanas invadieron la península del Ática y destruyeron
campos y villas. Los atenienses se protegieron en el interior de Atenas y lograron
sobrevivir con las provisiones que traía la flota ateniense, la más poderosa de
Grecia. Sin embargo, durante el verano del año 430 a. C., una terrible peste
apareció en el Ática y cobró muchas vidas, entre ellas la de Pericles. El
conflicto se extendió por 27 años e involucró a varias polis, en las que se
alternaron períodos de paz y de lucha. Un suceso importante ocurrió en el año
415 a. C., cuando Atenas atacó Siracusa (Sicilia), polis aliada de Esparta.
Tras dos años de lucha, las fuerzas atenienses quedaron aniquiladas. Esparta,
apoyada por los persas, fortaleció su flota y venció de forma definitiva a
Atenas en la batalla de Egospótamos (405 a. C.). La derrota significó la
decadencia política, cultural y militar de los atenienses. Las polis del Asia
Menor regresaron al dominio persa y las ciudades de la Liga de Delos pasaron a
ser controladas por Esparta, que tomó el control de las rutas comerciales en el
Egeo e impuso gobiernos oligárquicos. Atenas fue severamente castigada y
obligada a reducir su flota y a destruir sus fortificaciones. Esparta, que en
su momento se opuso a la supremacía de Atenas, se convirtió en la nueva
opresora de Grecia. Esto desencadenó una nueva lucha por el poder, esta vez
entre Tebas y Esparta. Como consecuencia, la crisis griega se profundizó, las
tierras fueron arrasadas, el comercio se interrumpió y la población se redujo.
Esto preparó el camino para que Filipo II, rey de Macedonia, tomase el control
de la región.
La cultura griega
Grecia: El imperio del pensamiento
Se dice que la cultura griega es
la cuna de la civilización occidental, pues muchas de sus ideas han sido el
fundamento de la ciencia, el arte y el pensamiento de Occidente (es decir, del
conjunto de países de Europa y América). La influencia de los griegos sigue
vigente en muchos aspectos de nuestra sociedad.
La religión griega
Hades y Perséfone: El Mito de las Estaciones - Mitología Griega
Los griegos creían en la existencia de numerosos dioses, es decir, eran politeístas. Sus dioses eran inmortales y antropomorfos, es decir, con forma humana y con las virtudes y los defectos de las personas. Los dioses más importantes vivían en la cima del monte Olimpo y cada uno representaba una fuerza de la naturaleza, una actividad o una profesión humana, y tutelaba una polis. También existían los héroes, semidioses hijos de un dios y un mortal, que realizaban hazañas sobrehumanas y eran considerados fundadores de las ciudades y el origen de las familias. Un ejemplo de héroe es Heracles o Hércules. Los griegos tuvieron una rica mitología para explicar el origen del mundo, de los dioses, los héroes y los humanos. Aunque en principio se transmitió por tradición oral, luego se plasmó en esculturas, grabados, relieves, pinturas y poemas épicos y líricos.
El legado cultural de los griegos
Los griegos establecieron
conocimientos que han perdurado hasta nuestros días. Sus aportes abarcan la
filosofía, la matemática, la geografía, la astronomía, la medicina, la
historia, entre otras disciplinas.
·
Filosofía. Los
primeros filósofos se preocuparon por descubrir el principio de las cosas en
los elementos de la naturaleza: para Tales de Mileto el elemento era el agua;
para Anaximandro, el ápeiron o lo indefinido; para Anaxímenes, el aire; y para
Heráclito, el fuego. Posteriormente, la filosofía se ocupó del estudio del ser
humano y su naturaleza. En este momento se destacaron Sócrates, Platón y
Aristóteles. La filosofía permitió a los pensadores griegos tener una actitud
crítica ante el conocimiento, es decir, cuestionar lo que ya se sabía.
·
Matemáticas.
Sobresalieron: Pitágoras que investigó la teoría de los números; Euclides que
sistematizó los conocimientos geométricos, y su alumno Arquímedes, que sentó
las bases de la hidrostática o la mecánica de los fluidos y explicó el
principio de las palancas.
·
Geografía
y Astronomía. Fueron importantes dos personajes: Aristarco de
Samos, que propuso la teoría heliocéntrica según la cual la Tierra gira
alrededor del Sol, y Posidonio, que fijó nuevas dimensiones para el tamaño de
la Tierra. Los aportes de los griegos a la geografía fueron significativos,
pues como exploradores marítimos elaboraron mapas y delimitaron rutas que les
permitieron conocer una considerable parte del mar Mediterráneo.
·
Medicina
e Historia. Sobresalió Hipócrates como el padre de la medicina. Fue tan
importante el aporte de Hipócrates a la medicina, que hoy en día quienes se
dedican al estudio de esta ciencia, deben hacer un juramento llamado el
Juramento hipocrático.
En cuanto a la historia, Heródoto y Tucídides se destacaron por
sus relatos sobre las guerras médicas y del Peloponeso, respectivamente.
· Democracia. Para poder dar paso a un modelo político democrático, los griegos crearon un conjunto de instituciones caracterizadas por la rotación de los cargos, la designación de los magistrados por sorteo y la ampliación del cuerpo de gobernantes. El objetivo era que todos los ciudadanos griegos pudieran participar en la vida pública, sin exclusiones por rango o riqueza. A pesar de ello, las mujeres estuvieron excluidas de este derecho.
El arte
La arquitectura, la pintura y la escultura
reflejaron el concepto que los griegos tenían de sí mismos y del mundo. El arte
cumplió varios propósitos: era usado para glorificar al ser humano, demostrar
el orgullo por la polis, expresar las ideas de armonía, balance, orden y
moderación, y para combinar belleza y funcionalidad. En el campo de la
arquitectura, la construcción más característica fue el templo, hecho en mármol
blanco y pintado con colores brillantes. Presentaba techos planos y tejados a
dos aguas. La escultura buscaba exaltar la belleza del cuerpo humano, sobre
todo el masculino. Este arte experimentó una notable evolución con el correr
del tiempo.
El Imperio macedonio
1. Plantea el papel jugado por Alejandro Magno en la
construcción del imperio macedónico
2.
Plantea
las causas y consecuencias de la crisis del imperio macedónico
Macedonia era un reino ubicado al norte de Grecia. Aunque su población no era griega, con el tiempo adquirió las costumbres de las polis griegas. Durante el reinado de Filipo II, Macedonia se convirtió en un Estado poderoso. La explotación de metales preciosos le permitió al monarca disponer del dinero suficiente para adquirir una flota, organizar el ejército y fortalecer la monarquía.
La hegemonía macedonia
El año 338 a. C., tras la batalla de Queronea,
Filipo II incorporó las polis griegas a su reino y organizó la Liga de Corinto,
cuya finalidad era iniciar una campaña contra el Imperio persa y liberar las
ciudades griegas del Asia Menor. Sin embargo, no pudo llevar a cabo sus planes,
pues fue asesinado en el año 336 a. C. por uno de sus oficiales. Tras su
muerte, la tarea de conquistar a los persas recayó sobre su hijo Alejandro,
quien recibió una educación al estilo griego: fue alumno de Aristóteles,
adquirió una gran disciplina física, un gran adiestramiento militar y una
sólida formación intelectual. Con esa preparación, y a la edad de veinte años,
Alejandro, se lanzó a la conquista del Imperio persa, gobernado en esa época
por Darío III.
Los reinos helenísticos
Las conquistas de Alejandro Magno, llamado así
por su genialidad y por el inmenso poder que acumuló, dieron lugar a la llamada
época helenística, comprendida entre el 323 y el 30 a. C., cuya característica principal
fue la imposición de la cultura de la Hélade, o sea de Grecia, a los pueblos
conquistados militarmente. Los territorios de este Imperio incluían Grecia,
Asia Menor, Egipto, Mesopotamia, Persia y una pequeña parte de la India. Sin
embargo, tras la muerte de Alejandro, se produjo la decadencia del Imperio y
surgieron conflictos entre sus generales por el trono. Luego de varios años de
lucha, el Imperio quedó dividido en tres reinos principales: el reino de
Egipto, el reino de Siria y el reino de Macedonia. Estos recibieron el nombre
de reinos helenísticos. Los monarcas helenísticos gobernaron sus territorios de
manera personal y autoritaria. Su poder se basaba —al igual que en las
monarquías orientales— en su supuesto origen divino.
Alejandro Magno y su ejército
Vangelis - Titans - Alejandro Magno - Primer intento de unir el mundo...
Alejandro motivaba a sus hombres a
reivindicar la civilización helénica, amenazada por los persas en las guerras
médicas. Sus 40.000 hombres eran un eficaz instrumento de guerra. No obstante,
al llegar a la India, el ejército se encontraba agotado. Entonces, Alejandro se
dirigió a sus tropas para animarlos a continuar, pero los soldados
respondieron: “Hay que poner fin a todas estas fatigas y peligros. Queremos
volver a ver el Sol de la patria. Regresa tú también a Macedonia, y después, si
quieres, harás otras expediciones con otros soldados más jóvenes”.
Interpreto... un mapa:
1. Observa el mapa e identifica
los territorios que abarcó el Imperio de Alejandro Magno. Compáralo con un mapa
político actual y menciona qué países se encuentran ahora ubicados allí.
2. Elabora una línea de tiempo con
los principales acontecimientos de las campañas de Alejandro.
3. ¿Cuáles son los reinos
helénicos del siglo III?
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